Opiniones

La inseguridad ciudadana y el gran problema político del Perú

Por Cesar Ortiz Anderson

1.- CONTEXTO 

A finales del 2022 nuestro Perú sigue experimentando en su economía nacional las consecuencias de la pandemia del COVID - 19 que se traducen en las altas tasas de sub empleo, la caída de la producción, el cierre y quiebra de numerosas empresas y negocios. Este contexto en Seguridad Ciudadana se presenta un escenario que APROSEC pronosticó durante la primera ola del COVID – 19 en el año 2020: Un progresivo e imparable incremento de la criminalidad, la violencia y la delincuencia a niveles superiores a antes de la pandemia; y lo que es peor, pérdidas de vidas.

Sin embargo, las consecuencias de la pandemia, a nivel social y específicamente en Seguridad Ciudadana, se ven agravadas por otros dos factores determinantes: La invasión de Rusia a Ucrania y la inestabilidad política e ingobernabilidad del país durante la actual gestión presidencial de Pedro Castillo. Si bien la agresión militar a Ucrania tiene consecuencias de repercusión mundial que también afectan a Perú y América Latina, la inestabilidad política y la constante crisis de gobierno en Perú durante la gestión de Pedro Castillo también puede explicarse dentro del contexto del predominio político de la izquierda en América Latina denominado ideológicamente como El Socialismo del Siglo XXI que el 2022 consolidó tres gobiernos más: Chile, Colombia y Brasil; antes países como Venezuela y Argentina entre otros.

En cuanto a la economía, en el 2022 se empieza a experimentar la crisis prevista por los especialistas el 2020 y el 2021, con mayor notoriedad después de la invasión a Ucrania. En el caso peruano el PBI descendió con respecto a los años anteriores, disminuyó el poder adquisitivo, aumentó el desempleo y el sub empleo, y la escasez de combustible empieza a ser un problema frecuente. En noviembre del 2022 el Ministerio de Economía y Finanzas recortó nuevamente su proyección de PBI para el cierre del 2022 y 2023: Al cierre de este año la economía peruana crecería entre 2.7% y 3% y ya no 3.3% como se proyectó en agosto.

Pese a que la inflación también se ha incrementado (12% anual) la economía peruana es una de las menos golpeadas de la región.; debido a los comodities.

En cuanto a Seguridad Ciudadana, la violencia y las cifras se han incrementado principalmente en las ciudades con mayor población: Lima, Piura, Chiclayo, Trujillo, Chimbote, Ica, Huancayo, entre otras ciudades. Sin llegar a tener aún los niveles de violencia urbana de países como México, El Salvador o Venezuela, los niveles de criminalidad son tan altos como en las grandes ciudades de Brasil o Argentina.

El mapa de la delincuencia en Perú, a pesar de factores como  la presencia de la migratoria delincuencia extranjera (Venezolana y ahora Colombiana) están incrementando su accionar en delitos como la extorsión y el sicariato y que es indudable que hoy producto de un accionar violento se ven más víctimas de homicidio, el Perú mantiene todavía una de las tasas más bajas de asesinatos en la región; sin embargo, las denuncias por hechos delictivos crecieron en un 20 %, luego de la emergencia sanitaria, sabemos que es mucho más ya que la cifra oculta debido a la no formulación de denuncias es muy alta y variadas como muy agresivas modalidades delictivas como la extorsión o robos.

A nivel social la escasez de fertilizantes como consecuencia de la situación de Ucrania, no ha podido ser gestionada con efectividad por el gobierno de Pedro Castillo habiendo resultado fallidos cuatro intentos de compra de fertilizantes por parte del Estado peruano; por lo que, Perú no ha podido cubrir la demanda de fertilizantes en las dos campañas agrícolas del 2022. En consecuencia, se ha incrementado el precio de los alimentos de pan llevar, sobre todo de aquellos presentes en la mesa diaria de los peruanos: tubérculos, frutas, granos, verduras. A esta escasez se suma el alza en los precios de los alimentos que por la pandemia y la invasión a Ucrania ya habían incrementado su precio: Abarrotes, en especial los derivados de la harina de trigo, lácteos, y huevos. 

A nivel social el impacto es muy grave en las zonas de extrema pobreza de las grandes ciudades, especialmente en los distritos con más bajo poder adquisitivo de la capital Lima: San Juan de Lurigancho, Ventanilla, Comas, San Martín de Porras, Villa María del Triunfo, Villa el Salvador, etc.; pero también en las zonas urbano marginales de ciudades como Piura, Chiclayo, Trujillo, Chimbote e Ica. 

En las zonas rurales el panorama no es diferente debido a que una sequía está empezando a evidenciarse principalmente en las zonas altas de la sierra donde la temporada de lluvias debió haber comenzado en septiembre. Se espera que esta tendencia varíe en los próximos meses.  

2.- HIPÓTESIS 

La hipótesis que planteamos en este artículo sigue la misma línea expuesta y detallada en los anteriores artículos que APROSEC redactó para esta publicación: Las políticas públicas en Seguridad Ciudadana no son las acertadas, por diferentes razones, que ya han sido analizadas como lo son la carencia de reales Políticas de Estado y la politización de la seguridad pública, sumando a constantes cambios ministeriales 

Asimismo, para APROSEC, el desacierto de las políticas públicas en Seguridad Ciudadana y la politización de la seguridad pública, en el caso de Perú y de América Latina, pueden analizarse desde la perspectiva del análisis político de la creciente hegemonía de los gobiernos de izquierda en la región.  

3.- HEGEMONÍA DE LA IZQUIERDA EN AMERICA LATINA 

Durante el 2022 el contexto político del Perú y de América Latina en el que enmarcamos la problemática actual de la Seguridad Ciudadana se caracteriza por el retorno a la hegemonía de la izquierda en la mayoría de los gobiernos de la región. 

El predominio de la izquierda en los gobiernos de América Latina a inicios de esta tercera década del siglo XXI tiene su antecedente más inmediato en los gobiernos de izquierda de inicios de siglo. El regreso de Luis Ignacio “Lula” da Silva a la presidencia de Brasil parece ratificar que nos encontramos en una segunda fase de un mismo proceso iniciado aproximadamente 20 años atrás con Hugo Chávez en Venezuela y que luego se extendió a Argentina, Bolivia, Ecuador, entre otros.

Con el triunfo de Lula en Brasil son 12 de los 19 países de la región los que tendrán gobiernos de izquierda. A diferencia de la primera fase de este proceso de empoderamiento de la izquierda en América Latina, que tuvo como máximo logro político el proyecto integracionista de la UNASUR, en esta denominada segunda fase son hechos históricos el triunfo del comunismo en Chile, y los gobiernos de izquierda en México y Colombia. 

Resulta importante observar que, pese a los fracasos económicos sociales de Venezuela, Cuba y Nicaragua, y las graves consecuencias para el bienestar y la salud de sus respectivas poblaciones, esto no ha servido de escarmiento ni de reflexión para millones de votantes en toda la región, que en los últimos años ha llevado a la izquierda al gobierno de: Perú, Bolivia, Argentina, México, Chile, Colombia y Brasil.

En mi opinión la polarización y la necesidad de votar por un cambio, donde con la oferta de supuestas mejoras sociales, se presenta una evolución en la correlación ideológica.

El caso de Ecuador puede servir para analizar cómo en un contexto en el que la mayoría de países de América Latina están alineados bajo una misma ideología política de izquierda, un país que no se alinea con esa tendencia está siendo presionado para que su gobierno negocie con las mafias y organizaciones criminales internacionales; específicamente en el caso del narcotráfico que busca utilizar a Ecuador como puente hacia Norteamérica, el Asia Pacífico y la Amazonía, zonas a las que se tiene acceso desde la estratégica posición geográfica de Ecuador. 

Como sabemos, Ecuador es el único país de la Comunidad Andina donde la izquierda no ha ganado las elecciones presidenciales. Sin embargo, el gobierno del presidente Guillermo Lasso ha empezado a tener muchos problemas con la Seguridad Ciudadana, algo relativamente inusual para este país teniendo en cuenta el grado de violencia registrado en las últimas semanas en el que una ola de atentados contra la propiedad pública y privada, así como una serie de motines en las principales prisiones del país han dejado un alto saldo de víctimas mortales.  

4.- EMPODERAMIENTO DE LA IZQUIERDA EN EL PERÚ EN LOS ULTIMOS 20 AÑOS 

En el caso peruano, hace 20 años llegaba a la presidencia de la República Alejandro Toledo, presidente identificado con un discurso reivindicativo con la izquierda, los aglomerados históricamente marginados, el mundo andino y el pasado incaico; pero sobre todo el gobierno de Toledo se identificó con el antagonismo de todo lo que significó la dictadura de “derecha neoliberal” de Alberto Fujimori de los años 1990, principalmente contra la corrupción -por cuyo delito paradójicamente ahora se encuentra procesado-, pero también contra lo que significó la guerra del Estado peruano contra el terrorismo comunista de Sendero Luminoso y del MRTA, especialmente en el campo político legal, llevando a la justicia internacional las acusaciones por genocidio, lesa humanidad y violaciones a los DD.HH. por parte del Estado peruano, lo que significó un profundo cambio en la Política de Estado en comunismo y terrorismo con respecto a décadas anteriores. Este cambio en la política legal del Estado peruano producido hace 20 años es el inicio del empoderamiento político de la izquierda en el sistema democrático del Perú y el germen de la polarización política y la crisis de gobernabilidad que se experimenta durante el actual gobierno de Pedro Castillo.  

5.- EL PROBLEMA DE LA INESTABILIDAD, INGOBERNABILIDAD Y POLARIZACIÓN DURANTE EL ACTUAL GOBIERNO DEL PRESIDENTE CASTILLO 

El problema de la inestabilidad e ingobernabilidad durante el actual gobierno del Presidente Castillo gravita sobre la ilegitimidad de su autoridad soberana fundamentada en las acusaciones por corrupción en su contra, motivo de una acusación constitucional presentada por la Fiscalía de la Nación al Congreso de la República y que obligó a Castillo a acudir a la OEA en busca del apoyo político de otros gobiernos de su misma línea de izquierda. 

Desde los años 1990, el crecimiento económico en el Perú se ha mantenido constante hasta poco antes de la pandemia. El gobierno de Fujimori en la última década del siglo XX está considerado como el gobierno del “milagro económico peruano”. De esta forma, al caer el régimen fujimorista, la izquierda no pudo levantar el discurso contra la pobreza o el mal manejo de la economía, por lo que las banderas que levantó fueron la de la lucha contra la corrupción y la de la lucha contra la violación de los DD.HH. en la guerra contra el terrorismo comunista, discursos que tuvieron mucho éxito en la ideología de la población peruana, así como   a nivel mediático, político, jurídico legal y académico, logrando condenar a Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos por sus crímenes, y años después, llegar a la presidencia en alianza con el discurso nacionalista de Ollanta Humala el 2011 y luego apoyando en la 2da vuelta al discurso neoliberal de Pedro Pablo Kuczynski el 2016, y luego de su renuncia, a su reemplazante Martín Vizcarra el 2017, quien fuera vacado para ser reemplazado el año 2020 en plena pandemia por el político advenedizo de centro izquierda Francisco Sagasti. Como se observa, desde el año 2000 al 2020, se dibuja una trayectoria de empoderamiento y radicalización de la izquierda en el Perú, que ha logrado manejar durante estos gobiernos algunos ministerios como: Educación, Cultura, Mujer, Agricultura, Medio Ambiente, entre los más importantes. 

El triunfo electoral del partido Perú Libre en el año del Bicentenario de la República, el 2021, se vio empañado por los antecedentes antidemocráticos de muchos de sus dirigentes, quiénes presentan un cuestionado pasado político relacionado al comunismo y a las organizaciones políticas vinculadas a Sendero Luminoso y el MRTA. Sin embargo, como hemos visto, el discurso pro izquierda y anti-corrupción han sido el instrumento de empoderamiento político de la izquierda en el Perú en los últimos 20 años, lo cual le ha permitido al gobierno de Pedro Castillo aspirar a consolidarse en el poder ya que en 16 meses de gobierno no ha logrado estabilidad ni consenso. 

No obstante, las acusaciones de la Fiscalía por corrupción en su contra que deslegitiman su discurso y lo desautoriza ante los medios y la opinión pública, razón por la que se vio forzado a pedir la intervención internacional de la OEA en octubre del 2022. 

Este es el punto de inflexión en el que se encuentra la crisis política de Perú, porque lo único que le queda al gobierno de Castillo para sostener su poder y mantenerse en el gobierno es apelar a la radicalización del discurso de izquierda y del discurso de la reivindicación de los pueblos andinos, polarizando peligrosamente el Perú: Su gobierno no logra consolidarse en el poder con consenso al tener en su contra al Poder Judicial y a amplios sectores de las FF.AA. y la PNP; frente a lo cual, el gobierno no duda en lanzar el discurso de la “lucha de clases” dentro de los institutos armados para buscar lealtad política en el personal subalterno.

Hoy en el Perú vivimos una polarización política que está impactando en la estabilidad de gobernabilidad y de alguna manera en nuestra frágil democracia.  

6.- INGOBERNABILIDAD, POLARIZACIÓN Y SEGURIDAD CIUDADANA

En Seguridad Ciudadana, las consecuencias de este manejo político alcanzan niveles dramáticos debido al aumento imparable de las cifras estadísticas de la criminalidad e inseguridad. Políticamente, el gobierno de Pedro Castillo ha querido controlar el Ministerio del Interior desde su propia perspectiva política, con las negativas consecuencias que ya hemos analizado en artículos anteriores redactados por APROSEC para esta publicación.

Tradicionalmente, y forjado a los largo del siglo XX bajo la influencia política de los Estados Unidos, el Ministerio del Interior cuenta con un amplio historial de sacrificio y entrega de sus miembros en el combate al comunismo, especialmente durante los años del enfrentamiento contra el terrorismo en las décadas de los 1980 y 1990. 

La injerencia de la izquierda en el sector interior, ha tenido consecuencias negativas para Perú, como en la década de 1970 durante la dictadura socialista del general Juan Velasco Alvarado. Al fracasar el proyecto político de Velasco tras un golpe militar de derecha, los sectores de la izquierda política del país se radicalizaron hasta llegar al enfrentamiento armado en 1980. Durante la gestión de Pedro Castillo la situación de la Seguridad Ciudadana se refleja políticamente en la inaudita cifra de siete Ministros del Interior en tan solo 16 meses de gobierno y siete Comandantes Generales PNP

A este escenario, regresa un viejo actor: Antauro Humala, ex oficial del Ejército peruano quién este 2022 acaba de salir de un larga condena en la prisión tras haber estado 17 años preso por el levantamiento militar en Andahuaylas el 2005, cuando se rebeló contra el gobierno de Alejandro Toledo al frente de una guarnición con un violento saldo de muertos y heridos. Antauro Humala, hermano del ex presidente y también ex militar Ollanta Humala, es el dirigente mayor del Movimiento Etnocacerista Peruano, partido político de ideología que preconiza la violencia que busca la reivindicación social de los pueblos andinos en base al histórico pasado del Imperio de los Incas. 

La salida de la cárcel de Antauro Humala además nos demuestra que es casi imposible la readaptación social de los presos que purgan pena en las prisiones peruanas. De esto puede dar fe el periodista de la CNN Fernando del Rincón, quien lo entrevistó comprobando la violencia de su discurso político. Personajes como él son un peligro para nuestra endeble democracia.

Todas las soluciones que han logrado democracias sólidas y estables en el tiempo, se han fundamentado en la misma práctica, en casos de crisis sin salida. En Perú lo hicimos en el año 2001 "Power to the people" o "Para el pueblo lo que es del pueblo".

El adelanto de elecciones generales con reformas constitucionales será la única manera de poner fin a esta ya larga agonía política, donde lo que estamos buscando es el bien común. 

Finalmente, sólo conociendo las verdades del alma liberaremos nuestro espíritu y conociendo las verdades sociales, liberaremos a nuestra población peruana

César ANDERSON

Presidente de APROSEC

www.aprosec.org

Cel.:999316197 /998160756

Página de fans:Aprosec-PERU


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