Minería que devora el bosque

El Nanay clama ayuda ante el avance de la minería ilegal.

Pobladores exhortan al Estado y al gobierno regional, tras avance de mineros ilegales que destruyen el ecosistema amazónico

Loreto.- La cuenca del Nanay enfrenta una grave amenaza ambiental y social debido al avance de la minería ilegal. Los habitantes de la zona denuncian que los mineros, en su mayoría extranjeros, se internan cada vez más en las zonas altas del río, donde la presencia del estado es prácticamente nula. Desde allí, extraen minerales de manera agresiva, destruyendo el ecosistema y contaminando las fuentes de agua que abastecen a las comunidades locales y a la ciudad de Iquitos. Esta situación se agrava por la falta de recursos para mantener una vigilancia constante.

La población reconoce los esfuerzos realizados por la Marina de Guerra del Perú, la Policía Nacional y la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA), quienes han llevado a cabo operativos para frenar la minería ilegal. Sin embargo, estos esfuerzos resultan insuficientes ante la magnitud del problema. Las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley carecen de presupuesto para sostener sus intervenciones y llegar hasta los puntos más alejados del río, donde operan las balsas y dragas ilegales. Sin financiamiento, advierten los pobladores indignados, todo volverá a ser como antes, un territorio abandonado a la informalidad y al crimen.

Por ello, desde las comunidades ribereñas del Nanay se levanta un firme llamado al estado y al gobierno regional. Asimismo, exigen que se destinen mayores recursos económicos a las fuerzas del orden y a las fiscalías ambientales para que puedan continuar con sus misiones de control. Consideran que solo con un presupuesto adecuado se podrá garantizar la logística necesaria, combustible, transporte, equipos y personal que permita llegar hasta las zonas altas del río, donde la minería ilegal actúa con mayor intensidad, es donde más se necesita la presencia de las autoridades.

Finalmente, los pobladores piden también la cooperación de las autoridades comunales y locales, ya que su colaboración es clave para brindar información precisa a la Marina y a la FEMA, de modo que los operativos sean más efectivos y se logre identificar y eliminar las dragas que destruyen el río. “Queremos que saquen a los extranjeros y se vayan las balsas”, señalan con esperanza desde el Nanay. La lucha contra la minería ilegal no puede depender solo del esfuerzo de las comunidades, sino que también requiere un compromiso real del estado para proteger uno de los ecosistemas más valiosos y frágiles de la Amazonía peruana.

Fuente: Diario La Región

 


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