Sociedad

Sueño y salud: la importancia de elegir una buena cama

Es totalmente válido que cada familia elija a un diseñador de interiores para escoger su cama nueva.

El hecho de elegir una cama nueva o cambiar una que envejeció con el tiempo es quizás una de las decisiones más importantes a tomar en cuenta a la hora de amueblar un hogar. Después de todo, los días comienzan y terminan en la cama: es donde se descansa, se recargan energías y hasta incluso donde se puede disfrutar de una buena serie o película ya sea solos o acompañados por alguien querido.

Esta elección también afecta al diseño de interior de muchos hogares ya que, en ocasiones, el tamaño de cama que se elige puede no ser compatible con el espacio que hay disponible en una o varias habitaciones. Antes de adquirir una tarima 2 plazas, por ejemplo, hay consideraciones a tener en cuenta para no hacer una compra innecesaria o equivocada: es sabido que devolver estos muebles no es una tarea simple y mucho menos barata.

Aunque es totalmente válido que cada familia elija a un diseñador de interiores para escoger su cama nueva, también, en cierto sentido, se pierde la originalidad y el sentido de gusto propio. Por este motivo siempre es más recomendable informarse bien, tomar las medidas adecuadas de un cuarto y elegir la cama king o del tamaño con la que más a gusto una persona o pareja se encuentre.

A la hora de escoger entre una cama Queen, King o individual también es necesario pensar en el material de construcción de estas, su tipo de soporte, los años de garantía y, sobre todo, las necesidades que sus usuarios tienen de ellas. Dentro de algunas de las especificaciones que se pueden encontrar es su calidad ergonómica, si son transpirables o no, si pueden dividirse e incluso qué tipo de apoyo sobre el suelo poseen.

Los pasos previos a elegir una nueva cama

La cama ideal para un dormitorio existe, siempre y cuando la investigación y seguridad de los futuros compradores sea exhaustiva. Hay que tener en cuenta que el ser humano promedio pasa al menos dos docenas de años de toda su existencia durmiendo, un número que puede ser chocante para algunos, pero que no deja de ser real. Entonces, ¿qué puntos importantes debe cumplir una cama para que sea la elegida?

Precios y colores: conceptos a evitar por el momento

En primera instancia, lo último que se debe considerar son los formatos, estilos, colores y texturas de ellos. Aunque se trate de camas king o hasta una simple litera los mercados tienen de todo para ofrecer, aunque no siempre poseen la estructura, materiales y el tipo de uso de ciertas camas que pueden ser determinantes para la salud de quién o quiénes viven en un hogar. En pocas palabras: el aspecto “fashion” debe ser el último a tener en cuenta.

En segundo lugar es imperativo aclarar un concepto: las camas no tienen precio. Una vez encontrada la cama perfecta o ideal, el cliente debería hacer lo posible para adquirirla. Esto no se trata de gastos o lujos, sino del mueble en el que los cuerpos encuentran tiempo para regenerarse y de los que dependen el día a día de las personas. Los éxitos y los fracasos diarios en gran medida pueden deberse a un mal sueño o a una mala postura en la cama.

También hay que pensar esta compra como algo que va más allá del dinero: las camas duran prácticamente para toda la vida. Más allá de que muchas de ellas poseen una garantía, tanto el mueble como los colchones, el material con el que se fabrican las camas actualmente es de excelente calidad, lo que les confiere una altísima duración aunque pasen los años (y siempre mientras se los cuide y mantenga correctamente).

Antes del colchón, ¡el mueble!

Afortunadamente, no hay una variedad infinita de tipos de cama. Por lo general, las camas modernas poseen tres clases de muebles bien definidos en lo que respecta a las dobles o individuales. Sin embargo, esta clasificación no se le puede aplicar a una cama de tipo litera o de otras clases menos comunes en los hogares de la actualidad: se trata de las camas europeas, las americanas y las denominadas “Spring”.

Las camas europeas: una tendencia en crecimiento

Las camas europeas, cada vez más populares en América Latina, son muebles de gran fortaleza y resistencia que están construidos en la gran mayoría de los casos por maderas fuertes como el roble o la teca. Los colores de estas maderas no suelen variar demasiado, aunque el trabajo de barniz que tengan también es importante a la hora de combinar el mueble con otros aspectos del hogar, como por ejemplo la pintura de las paredes o las decoraciones de la habitación.

En términos más técnicos, una cama de 2 plazas tipo europea es muy reconocible por sus distintivas cuatro o incluso seis patas. El mueble de la cama europea se encuentra a una altura considerablemente mayor que la de otros tipos promoviendo, de esta manera, una gama mucho más amplia de estilos y trabajos rústicos en su madera. Los más quisquillosos podrían incluso encargar un mueble de este tipo a un carpintero experimentado para darle un toque artístico a la nueva cama.

Debido a que las camas europeas poseen patas que las alzan por sobre el nivel del suelo, es mucho más sencillo para una persona limpiar debajo, ya sea con una escoba o pasando la aspiradora. Esta sencilla peculiaridad para algunos es determinante a la hora de elegir el mueble de la cama y una de las razones por la que el estilo europeo se volvió tan popular en los últimos años.

Las box americanas: un modelo clásico que sigue vigente

Las camas americanas, también llamadas en algunas tiendas como cama de tipo “Box Americana” tienen mucho en común con las de estilo europeo pero una diferencia esencial. Las Box tarima 2 plazas, aunque poseen una base de madera y colchón independiente al igual que las anteriores, suele estar tapizada por una tela que puede ser de diferentes materiales.

A su vez, en vez de poseer patas, por lo general suelen traer ruedas para ofrecer un traslado fácil. Otra gran diferencia entre las camas americanas y las europeas es que algunas de las primeras, debido a su carácter de “box”, puede llegar a poder dividirse en dos partes, favoreciendo aún más la facilidad de traslado y movilidad descrito antes. Sin embargo, una vez que la cama se encuentra en su sitio y se remueven las ruedas, el box queda al nivel del suelo.

Este último aspecto nos indica que a diferencia de las camas europeas, las americanas no ofrecen la opción de un espacio amplio para poder hacer una limpieza rápida debajo. Son estos pequeños detalles los que definen la adquisición de un mueble tan importante, por lo que siempre es aconsejable tenerlos anotados en el celular mientras se planean las compras.

Las Box Spring: las camas más amigables para el bolsillo

Las camas tipo “Box Spring” son históricamente las más económicas de todas y esto se debe a varias razones diferentes. En primer lugar, las Spring están compuestas por una base que es mucho menos costosa en términos de materiales: resortes de metal ubicados en forma de zig-zag de izquierda a derecha. Aunque el soporte que provee es excelente, es cierto que no tienen la misma dureza que las camas cuya base es de una madera más robusta.

Algo que las Box Spring no comparten con sus competidoras es el hecho de que, por lo general, el precio de las Springs incluye también un colchón cuyo relleno es de resortes de tipo bonell, pocket, de espira continua trapezoidales o de otras clases. Los resortes que poseen estos colchones son muy buenos y poco tienen que envidiarle a otros, ya que proveen al colchón de una buena adaptabilidad al cuerpo que descansa encima.

Un curso intensivo sobre colchones

Los colchones, aunque pueda sonar obvio, deben elegirse de acuerdo a las Medidas de una cama de 2 plazas pero también al tipo de mueble que se haya elegido antes, como los americanos, los europeos o los Spring. De la misma manera tienen peso las preferencias del comprador, sus características corporales y sus formas de dormir.

Colchones de espuma

Sin embargo, solo existen tres clases de colchones en el mercado actual y el primero a revisar es aquel que está hecho 100% por espuma: el más común entre muebles con medidas de cama king.

Estos se componen por un núcleo de espuma de alta densidad (o de soporte), seguido por una o varias de acolchado de material viscoelástico que es ideal para que el colchón no pierda su forma con el paso del tiempo. Este es el colchón perfecto para aquellos que deseen un apoyo mullido o que tengan dolores articulares.

Colchones de muelle ensacados

Otro de los colchones más populares hoy son los de muelle ensacados, comunes para camas queen y king. Estos están armados, justamente, por muelles que se encuentran individualizados dentro de una especie de saco uno al lado del otro.

Esta tecnología hace de este colchón uno que minimiza completamente los ruidos, no pueden clavarse por accidente como los resortes, son muy frescos y, además tienen mucha independencia de lechos. Por lo general, existen colchones de muelle para todas las medidas cama queen (siempre consultar que tengan al menos 1000 muelles), por lo que es fácil encontrarlos en una tienda regular de estos componentes.

Colchones de látex

En lo que respecta a tecnología de colchones, el látex apareció en el mercado hace muy poco tiempo y con grandes resultados. El látex se caracteriza entre otros materiales por su flexibilidad y adaptabilidad a diferentes morfologías corporales y pesos, incluso hasta en una Tarima queen. Por otra parte, nos referimos a un elemento hipoalergénico, es decir, que no es apto para que vivan criaturas molestas como los ácaros o pulgas de cama.

Un gran atractivo que tiene el relleno de látex natural es que, de ser bien cuidado por sus dueños, puede llegar a durar más de 15 años. Hay que tener esto en cuenta cuando otra clase de colchones suelen tener un máximo de duración de entre unos 10 y 12 años. El látex sintético, por otro lado, tal vez no dure esa cantidad de tiempo, pero sigue compartiendo las mismas cualidades que su versión orgánica.

Por qué elegir una buena cama para luchar contra el insomnio

En la actualidad es común escuchar a muchas personas hablar de lo difícil que se les hace poder conciliar el sueño durante la noche. Entre los comentarios nos encontramos con gente que se encuentra bajo medicación, otros que utilizan técnicas poco ortodoxas (como escuchar cantos de ballenas o dejar la TV encendida) o incluso que han hasta cambiado del tipo de cama en la que dormían. Para algunos, seguramente, hubo resultados positivos; para otros, quizás no tanto.

Los trastornos del sueño son de los más habituales en todo el mundo y no distinguen entre los individuos ya sea por raza, sexo, grupo social o nación a la que pertenezcan. Por este motivo, se trata de un fenómeno médico enorme y profundamente estudiado por doctores, psicólogos y otros expertos del área.

El doctor Alejandro Calvo, neurólogo de Perú, explica en su artículo ampliamente citado “Insomnio: ¿por qué no puedo dormir?” que, de acuerdo a lo estudiado por años, una gran ayuda para enfrentar el insomnio es evitar la siesta durante el día, tener una cama y un dormitorio que sea cómodo de ver y en el que estar (y sin televisión, tablets o radio), no llevarse las tareas laborales a la cama y evitar bebidas como la cafeína y el cacao.

La cama en sí es esencial para conciliar el sueño y evitar el insomnio. Por este motivo, escoger el mueble y colchón ideales debe ser uno de los principales objetivos de cada individuo, a fin de evitar sufrimientos innecesarios o incluso desarrollar problemas más graves como depresión, bipolarismo y otros trastornos de la salud mental.


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